Apnea infantil: Prevenir los trastornos de conducta. Respirar por la boca, roncar o padecer apnea entre los dos y los seis años puede ser una señal que nos alerta de un posible problema de conducta, como la hiperactividad. Así lo constata el último estudio llevado a cabo, y en el que han participado más de once mil niños, concluyendo la relación entre el sueño y la salud física y emocionalEl sueño parece tener la respuesta a muchos de nuestros comportamientos y estados emocionales. Y, en concreto, la calidad del sueño y cómo dormimos, si padecemos apnea o tenemos dificultades para respirar, tiene una relación directa sobre nuestra salud física y emocional. No solo en el caso de los adultos, también de los más pequeños. Así lo ha constatado el último estudio llevado a cabo y en el que, durante seis años, los investigadores del Albert Einstien College of Medicine de Estados Unidos han realizado un seguimiento a más de once mil niños. Los resultados del trabajo, publicados en la revista Pediatrics, constatan que los niños que presentan problemas durante el sueño, desde la apnea a ronquidos, y pasando por trastornos respiratorios, son más propensos (en concreto tienen hasta un 40% más de probabilidades) a padecer problemas de conducta y emocionales, como pueden ser la hiperactividad, la ansiedad, depresión o el tener un comportamiento más agresivo.
Respirar por la boca, roncar, o padecer apnea puede ser una señal de un trastorno más importante, por lo que en este caso es conveniente prestarle atención y consultar al pediatra para un diagnóstico certero. Tal y como señalan los expertos, estos desórdenes en el sueño se suelen manifestar a partir de los dos años y hasta los seis, aunque también pueden presentarse antes. De hecho, se calcula que el 10% de los niños ronca y que uno de cada cuatro padece apnea. Si hay que señalar que en, algunos casos, los problemas de respiración al dormir también pueden estar relacionados con las amígdalas o las vegetaciones.
Este estudio va más allá al señalar que la relación entre los problemas del sueño y de comportamiento viene determinada por cómo afectan al cerebro. Hacer una revisión periódica y vigilar el sueño de los más pequeños es la mejor manera de prevenir posibles trastornos de conducta y de relación con los demás, siendo el diagnóstico más frecuente entre los niños el de hiperactividad
Apnea del sueño no tratada y ansiedad infantil